Las gafas VR como las conocemos empezaron su viaje aproximadamente en el año 2016. La verdad es que su éxito comercial no ha despegado, y ha tardado en llegar a más hogares, en especial fuera de los Estados Unidos.
En antaño, eran realmente más costosas, y afortunadamente existen modelos más asequibles hoy en día, pero el costo no es la única razón por la que ha habido resistencia al fenómeno.
Como todo en esta tierra, las gafas VR tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. Además, existen dos grandes “clasificaciones” de estas gafas.
Los tipos de gafas VR
Existen las gafas a la cuales introducimos nuestro celular y las gafas que conectamos a consolas u ordenador.
¿Cómo funcionan las primeras? En este caso las gafas utilizan tu teléfono como el generador principal de la experiencia, mientras que las gafas son una herramienta mecánica para permitir que esta tome lugar.
Suelen valer mucho menos y no hay tanta diferencia entre una y otra.
Las otras funcionan conectadas a tus dispositivos más importantes, como la consola o el ordenador. Éstas tienen sistemas más complejos y producen experiencias mucho más inmersivas, y a su vez requieren de mayores especificaciones para aprovecharlas. Por ende, son indirectamente más costosas, aunque ofrecen experiencias más refinadas.
En ambas gafas, algunas traen periférica externa, como lo son controladores externos con el cual reemplazas controles convencionales. Un ejemplo de esto son los controladores de HTC que te permiten mover tus manos dentro del mundo virtual.
Lo Bueno
• Experiencia virtual: Estas gafas representan, literalmente, un vistazo a otro mundo, uno virtual. Ocupan todo tu cono de visión, y al girar el cuello, es como si giraras la cabeza dentro de este mundo. Es realmente una experiencia única, y hasta que no la tengas, será difícil imaginarla con precisión.
• Inmersión total: Muchos títulos desarrollados para VR ofrecen una experiencia multi-sensorial muy completa. Audio estéreo, gafas que te hacen sentirte dentro de este mundo, y hasta resistencias en los controles que simulan vibraciones y sensaciones táctiles. Nada de esto está disponible en otra plataforma.
Lo Malo
• Mareos: Muchas personas los experimentan, algunos con más intensidad que otros y no hay un patrón claro de porque. Sin embargo, el avance de la tecnología poco a poco minimiza los casos. Usualmente sucede porque el cono de visión no es el humano, lo que genera algo de confusión, y cuando percibes “movimiento” con tus ojos sin que tu cuerpo realmente se mueva, o que tus oídos noten la sensación de movimiento, pues ahí tu cerebro se confunde.
• Futuro incierto: Esto es un poco fuera de las gafas en sí y las gafas como parte de la industria. Están en proceso de refinamiento, y podrían pasar más años antes de que se vuelvan más comunes, por eso hay un avance relativamente lento. Invertir en gafas hoy no es seguro, ya que es posible que en el futuro haya algo mucho mejor, y todavía no tenemos un estándar.
¿Valen la pena?
Creemos que sí, es una experiencia única y hoy, en 2020, creemos que puedes disfrutar de la experiencia más refinada en esta industria sin gastar demasiado.
Eso sí, ¡ve con cuidado para no marearte!